morriña en TV

domingo, 15 de mayo de 2011

Esta mañana me desperté con la esperanza de que mi nuevo día fuera a ser perfecto. Desayuno, me voy un rato al salón y enciendo la tele. Nada nuevo, basura matinal, programas dedicados a nada, a embobar a la gente, a amuermar a los niños y a hacer más que nunca que la tele sea la caja boba.

Fue tras ver que no había nada cuando apagué la tele y me compadecí de los niños de hoy. Antes, cuando nosotros éramos unos renacuajos sin más preocupaciones en la cabeza que cuándo bajábamos a jugar a la calle,alargar un poco la hora de irse a la cama por las noches, hacer que mamá nos comprara nuestras galletas favoritas o, simplemente, comentar el último e ingenioso comentario de Homer Simpson, las mañanas del fin de semana las teníamos plagadas de diversión antes de que nuestro día comenzara. Teníamos un sin fin de series para nosotros, en todos lo canales. La banda del Patio, Pipperan, Bola de dragón, los Pokemon, los Digimon, Chicho Terremoto, la Familia Adams ... santo cielo yo me lo pasaba en grande y lo mejor era que no acababa, nuestros padres nos tenían que despegar.

Lo mejor era que muchas de esas series no eran "nocivas" y no eran ni la mitad de hilarantes de las que hay ahora.

Ahora nuestros pequeños enanos tienen que elegir entre un insulso zappin, un mexicano que habla con los perros, la misa, la película de Danni DeVito que toque y, si tienen canales por cable, con seres llamados Jonas Brothers, Justin Bieber y demás seres que tanto benefician a la sociedad.

¿Qué podemos hacer nosotros? Reconfortarnos, tal vez, cerrando los ojos y reviviendo esos momentos en los que cuatro personajes animados nos hacían pasar los mejores momentos del fin de semana. Tal vez así, conectemos un poquito más con esos renacuajos que hemos sido y que nunca hemos tenido por qué dejar de ser.

7thsns

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